El cuento de la princesa Kaguya - El legado de un maestro

Hallada dentro de un brillante tallo de bambú, una pequeña niña se convierte rápidamente en una joven y hermosa dama que es adoptada por un campesino y su esposa. Desde el campo a la gran ciudad, cautivará a todos los que la conocen, entre ellos cinco nobles pretendientes, incluido el emperador de Japón.

Con casi tres años de retraso llega a nuestras carteleras 'El cuento de la princesa Kaguya', la última película del maestro de la animación Isao Takahata, director de series como 'Heidi' o 'Marco' y de películas como 'La tumba de las luciérnagas' o 'Pompoko'. Se estrenó en 2013 en Japón, donde fue un fracaso de taquilla, y en mayo de 2014, el festival de Cannes la programó en la Quincena de Realizadores. A partir de su exhibición en el certamen francés, fue consiguiendo diversos reconocimientos como el premio a la mejor película de animación concedido por la Asociación de Críticos de Los Angeles, hasta terminar siendo finalista al Oscar un año más tarde. 
Isao Takahata no dirigía una película desde la experimental y estupenda 'Mis vecinos los Yamada' en 1999. Catorce años después estrena 'El cuento de la princesa Kaguya', de los cuales muchos de ellos han sido dedicados a la creación de esta. Estamos sin duda ante la que es la película más ambiciosa de un director empeñado en buscar siempre nuevas formas y nuevas técnicas para contar historias. En esta ocasión lo novedoso es la animación, hecha a mano, con acuarelas y carboncillo. Las imágenes son cuanto menos impactantes, de una potencia visual impresionante. Además están acompañadas por la música del grandísimo Joe Hisaishi, por lo que resulta imposible no sentirse hipnotizado ante tanta belleza.

La historia está basada libremente en un cuento típico japonés. En la película, Takahata crea una obra en la que están muy presente las tradiciones japonesas, y denuncia el machismo de la época, que trataba a las mujeres de la realeza como auténticos objetos cuyo único motivo por el que existían era para satisfacer al hombre. Se trata de un guion sencillo, pero que funciona de maravilla, con un sentido del ritmo y una agilidad narrativa admirables. Dura dos horas y cuarto pero se parece mucho menos. Todo está realizado con con maestría, de forma en la que no falta ni sobra nada. La protagonista, Kaguya, es un personaje construido a la perfección, y tal es el nivel técnico, que basta solo con el más sutil de los movimientos para saber lo que está pensando y que seamos capaces de empatizar con ella. Y estamos hablando de dibujos animados, por lo que el mérito es absoluto. Consigue que el espectador viva en su propia piel el desgarrador viaje emocional de nuestra heroína, ya que la forma en la que plasma los sentimientos en pantalla es simplemente para levantarse y aplaudir. 

No cabe duda de que estamos ante la película más madura y más personal de un gigante del cine. Uno de esos directores con filmografía escasa pero de suma importancia no solo para el cine, sino para el arte en general. 'El cuento de la princesa Kaguya' es una de esas películas inolvidables, de esas joyas ocultas que solo aparecen una vez cada mucho tiempo. Es el legado de un maestro. 
8,5/10

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