Kung Fu Panda 3 - Taquilla por encima de todo

Tercera película de la saga "Kung Fu Panda", en la que Po deberá hacer frente a dos desafíos épicos: uno, de origen sobrenatural; el otro, muy cerca de su hogar, con la aparición del que dice ser su padre biológico.

En 2008, Dreamworks sorprendía con la estupenda 'Kung Fu Panda', una película que era capaz de entretener y divertir tanto a adultos como a niños con un sentido del humor inteligente. Sin embargo, gran parte del ingenio y la gracia de esta primera parte se perdió con la segunda entrega, estrenada en 2011. Desgraciadamente, en la mayoría de ocasiones y más tratándose de este tipo de películas, la taquilla prima por encima de la calidad artística. La saga Kung Fu Panda es una clara muestra de ello. Lo que al principio fue original y refrescante, se ha convertido en un producto destinado única y exclusivamente a ganar millones. En esta tercera película, esto se hace notar incluso más que en su predecesora. Es innegable el hecho de que la animación está a un nivel técnico alto, pero ¿qué película de animación con un gran estudio detrás no lo está? 
Uno de los principales problemas de la película es la mediocridad. No hay nada que sea especialmente malo, pero tampoco nada que destaque lo más mínimo. Todo está visto ya, mil y una vez. El guión parte de una estructura típica y previsible, como muchas películas dirigidas a un público infantil. Pero en esta no hay ningún gag memorable a pesar de que durante la hora y media que dura no paran de intentar hacernos reír. Por mi parte no lo consigue, más allá de alguna leve sonrisa. A diferencia de las dos anteriores películas, esta está enfocada totalmente a los más pequeños, de forma que se hace difícil que cualquier adulto pueda disfrutarla. 

Los pintorescos y en un principio entrañables personajes ya se agotan, y los nuevos que aparecen no son suficiente como para solventar la carencia argumental y de ideas que tiene el film. Lo mejor sería que Dreamworks dejase de explotar esta saga y se centrase en algún nuevo proyecto, porque este claramente está tan desgastado que ya no funciona. Aunque algo me dice que harán más secuelas, porque serán un éxito asegurado. Kung Fu Panda ha dejado definitivamente de ser una película con alguna aspiración artística (como sí lo era la primera a pesar de su condición de film comercial) para convertirse en un producto. 
No se puede decir que sea una mala película o una que tras verla desearías no haberlo hecho, simplemente es un (escaso) entretenimiento tan inofensivo como olvidable. 
4/10

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