Ayer
comenzaba la sexagésimo cuarta edición del festival de cine de San Sebastián,
marco en el que se presentarán a lo largo de los próximos diez días los nuevos
estrenos de directores como J. A. Bayona, Bertrand Bonello u Oliver Stone. En
la primera jornada del festival pudimos acudir a los pases de 'La doctora de
Brest', de Emmanuelle Bercot, la esperadísima 'Toni Erdmann', de Maren Ade, 'La idea de un lago', de Milagros Mumenthaler y 'La tortuga roja', de Michael Dudok
de Wit.
La doctora de Brest
La película encargada de inaugurar la 64 edición del festival de cine de San Sebastián es el nuevo trabajo de la actriz y directora Emmanuelle Bercot, ‘La Doctora de Brest’ (‘La Fille de Brest’ en su título original). El largometraje, basado en hechos reales, narra el enfrentamiento entre Irène Frachon, una doctora especializada en neumología y la farmacéutica creadora del Mediator, el medicamento que causó la muerte de cientos de personas durante tres décadas en Francia.
Bercot
narra estos hechos a modo de diario en la película, en una estructura muy
convencional y ‘de manual’ que recuerda en ocasiones a la galardonada
‘Spotlight’, sin llegar a conseguir los buenos resultados de esta última. La
directora intenta además aportar un enfoque más amable y de humor a una trama que
de otra manera parecería demasiado seria y convencional. Sin embargo, esta aproximación no siempre llega a
funcionar tan bien como pretende y tanto algunas de las situaciones como los
personajes (especialmente el interpretado por Sidse Babett Knudsen), llegan a
parecer exagerados e incluso histéricos.
El
film peca también de tener unos personajes prototípicos, planos y sin apenas
profundidades o complejidades, con unos ‘buenos muy buenos’ encabezados por la
doctora Irène Frachon, enfrentándose a la gran farmacéutica de ‘malos muy
malos’. Además, Bercot abusa de las
escenas de cirugía y autopsias, recreándose explicita e innecesariamente en
ellas de forma gratuita, así como del uso de la música, que no tiene conexión
ni cohesión con el resto de la narración de la película, y que distancia al
espectador de ella, llegando a crear en ocasiones momentos de completa
discordancia entre lo visual y lo auditivo.
Toni
Erdmann
Ovacionada
por la crítica mundial y galardonada con el premio FIPRESCI a mejor película
del año, llega a la sección de Perlas ‘Toni Erdmann’, el tercer largometraje de
la directora, guionista y productora Maren Ade. En ella nos presenta a Inès,
una mujer joven que trabaja en una gran empresa en Rumanía, cuya perfecta y
ordenada vida se ve alterada por la presencia de su padre, Winfred, un inquieto
y excéntrico hombre que llega dispuesto a hacerle cambiar a su hija la
percepción de la vida que ella había asumido.
Es
precisamente este personaje, el del padre, el que levanta y sostiene
continuamente el ritmo de la película, junto a la también excelente
interpretación de Sandra Hüller como Inès. Peter Simonischeck, interpreta a
Winfred, que a su vez da vida Toni Erdmann, un extravagante empresario por el
que se hace pasar para acercarse más al día a día de su hija. De la excelente
conexión de estas dos interpretaciones, de la íntima conexión de padre e hija,
es de la que nace la magia y la esencia de la película, que supone una
renovación a un debate eterno ya explorado en numerosas películas anteriores:
la completa dedicación profesional y un modo de vida inmutable y firme frente a
una vida más ligera y dedica en su mayor parte a al disfrute de las cosas
pequeñas y sencillas.
‘Toni
Erdmann’ es todo lo que se ha dicho de ella hasta ahora: una comedia extravagante
que llega al corazón, probablemente una de las películas alemanas más
hilarantes y con algunas de las escenas más brillantes e inteligentes del año.
Sorprende a cada nueva secuencia y mejora conforme estas avanzan. La escena de
la fiesta de cumpleaños y el número musical de la película posiblemente pases a
la historia del cine como algunos de los momentos más ingeniosos y originales.
La idea de un lago
La
argentina Milagros Mumenthaler firma ‘La idea de un lago’, que se presenta en
la sección la sección de Horizontes Latinos del festival. Es el primer
largometraje de la directora después de ‘Abrir puertas y ventanas’, con el cual
inició su carrera en 2011. La película está protagonizada por Inés, una joven fotógrafa
argentina que espera un bebé de un hombre con el que ya no mantiene una
relación de pareja. El presente y el pasado de la joven protagonista se mezclan
en el film, relacionándose íntimamente y marcando el camino por el que Inés
seguirá con su vida en el futuro.
A
pesar de no tratarse de una obra especialmente destacable, Mumenthaler consigue
en ‘La idea de un lago’ encontrar momentos muy interesantes tanto narrativa
como visualmente. Para la narración de
la historia, la directora usa tres tiempos diferentes de la vida de su
protagonista (infancia, juventud y adultez), haciendo paralelismos y
referencias entre ellos, de forma que la película se mantiene dinámica y
constante durante sus 82 minutos. En el aspecto visual, por su parte, aprovecha
mucho el uso de los colores y los juegos entre luces y sombras, haciendo que
este aspecto sea uno de los más destacables de la película.
La tortuga roja
Michael
Dudok de Wit presenta en la sección de Perlas su primer largometraje como
director tras realizar entre otros los cortos: ‘Father and Daughter’ (ganador
del Oscar en el año 2000) y ‘The Aroma of Tea’. ‘La tortuga roja’ narra la
historia de supervivencia de un naufrago en una isla desierta, así como sus
intentos de escapar de ella, su relación y adaptación al nuevo entorno en el
que ahora se encuentra.
La
película, coproducida por el estudio Ghibli, ahonda en la vida del ser humano
en sus facetas más importantes y vitales, así como la relación de este con su
entorno, la naturaleza y los seres vivos que le rodean. Es esta naturaleza
mágica (muy característica de otras producciones del estudio Ghibli) la que da
forma a la historia, por medio de la tortuga roja que habita en la isla y
cambia el curso de los acontecimientos del protagonista de la historia. Algunos de los aspectos de la trama de la
película recuerdan también a la reciente ‘La canción del mar’, de Tomm Moore.
De
Wit no solo sorprende por los impresionantes diseños visuales de la animación
de la película, si no también por los aspectos sonoros. El film se desarrolla
en su totalidad sin diálogos, y consigue sin embargo transmitir una mayor
profundidad en la historia al prescindir completamente de ellos y dejar que los
sentimientos y deseos de los personajes se impongan en la historia. Contribuyen
también a ello a multitud de escenas oníricas y de ensoñación que aparecen a lo
largo del metraje de la película y la excelente música de Laurent Perez Del Mar
que acompaña a los aspectos visuales.
Para leer la crónica de la segunda jornada, pincha aquí.
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